En las calles de Rivas, es común que en horas de la mañana de cualquier día aparezcan deambulando personas con enfermedades mentales, y aunque nadie sabe cómo llegan ni de dónde son, algunos locales les brindan ropa y comida.
“El problema es cuando se vuelven violentos, agresivos, eso pasa porque la gente para echarlos fuera de un lugar les hacen groserías, y ellos pasan varios días afectados”, consideró una ciudadana que se identificó como Martha Jiménez.
Según Jiménez, en las calles de Rivas caminan de cinco a seis personas con problemas mentales, pero hay semanas que estos llegan hasta 10. “Los vienen a dejar en plena calle y de pronto cuando uno se levanta ve que hay varias personas que nadie sabe cómo llegaron. Así como llegan, se van y nadie sabe para dónde” indicó.
La salud mental es uno de los problemas que muchas familias nicaragüenses no saben cómo enfrentar, y las autoridades de salud no cuentan con áreas de atención para estos casos en sus puestos de salud.
“Cuando alguien enfrenta enfermedades mentales en la familia y lo llevas al centro de salud de tu municipio, te remiten al hospital para que te lo atiendan, y cuando el este centro no logra controlarlos los manda al Hospital Psiquiátrico de Managua, y eso para las familias es algo complicado y lo que les sale más fácil es dejarlos que tomen la calle” explicó la madre de un joven esquizofrénico.
Agregó que para que su hijo no salga a la calle tiene que darle 6 pastillas durante el día, y asegura que con esa medicación hasta parece que no tiene problemas. Sin embargo, apunta que cuando no encuentra el medicamento, el joven se altera y se convierte en un problema para la familia, vecinos y del que pase por la calle.
“Cuando se consigue el medicamento cuesta volver a estabilizarlo, creo que muchas familias pierden la paciencia y cuando sienten que no pueden hacer nada los dejan que se vayan hasta perderse”, lamentó la entrevistada.